lunes, 6 de junio de 2011

DIAMONDS ARE FOREVER

¡Hola a todos!

Hoy os escribo para relataros un acontecimiento que tuvo lugar hace poco en esta parte de Francia y que causó mucho revuelo y excitación en nuestras apacibles vidas costeras: el Festival de Cannes.
La verdad, fue emocionante estar tan cerquita de un evento de esta envergadura. Había gente por todas partes, glamour (que sabéis que me encanta), turistas, fotógrafos, cámaras, managers, productores, cineastas, músicos...y por supuesto, como no, las celebrities.

Los actores de Piratas del Caribe
La verdad es que nunca me había imaginado que podría estar a tan solo varios metros de actores tan famosos como Brad Pitt o Johnny Depp. O de Lady Gaga y de Angelina Jolie. Sin embargo, cuando les tuve enfrente, paseándose por la alfombra roja, me invadió una sensación extraña. Son solo personas, por Dios. Endiosadas por la sociedad, pero personas al fin y al cabo, de carne y hueso, y no me impresionan.
Sinceramente, pensé que mi reacción sería otra distinta. Me imaginaba que cuando viese a Jude Law, los ojos se me saldrían de las órbitas, la emoción me invadiría y no podría creer en mi suerte. Pero, ¿queréis que os diga la verdad? Solo pensé: "qué tonta es la gente". Ahí todos como  borregos, aclamando y alabando a personas que no son ni más ni menos que nadie.
No quiero ser una cortarrollos, pero así es como me sentí.

Brad Pitt y Angelina Jolie
Igualmente, eso no quita que disfrutara del festival y que hiciese fotos a mansalva y fuese buscando famosos por las esquinas cual Mariñas o Carmele, pero tampoco estaba dispuesta a esperar 3 horas o a trepar a los árboles y a romperme la crisma por ver un leve suspiro de Lady Gaga. Ni a montar trifulcas ni a pelearme por sitios para ver a un famosín, vamos, que ni que fueran una obra de arte. La gente es que es un poco tonta, tantos empujones y codazos por ver a Woody Allen que es más feo que un pie, y, en cambio, esas maneras y sobre todo ese interés no te los encontrarás en una visita al Taj Mahal o a las Pirámides de Egipto, mucho más agradables a la vista.

Algo que me llamó mucho la atención durante el Festival y que hizo que fuera una experiencia un poco diferente, fue que me sentí un poco como si me "asomase" al mundo de los ricos. No a los ricos, sino a los súper ricos. Ni siquiera eso, a los súper súper ricos. No exagero, olía a dinero en el ambiente. Se podía ver en la gente, en las discotecas (donde todo eran fiestas privadas), en los hoteles, en los cochazos, en las chicas minifalderas intentando dar un braguetazo, en los helicópteros que sobrevolaban el cielo, en los numerosos yates que iban y venían por la costa, en las caras de envidia, en los aires de importancia...en fin, en todo. Te hace plantearte cosas, y te haces preguntas del tipo cómo sería ser súper rica, cómo sería estar en la cresta de la ola, cómo sería ser famosa...tienes tan cerca ese mundo que siempre te había parecido tan inaccesible, que llegas a darte cuenta de que es real, de que el dinero da mucho poder, de que hay gente muy muy forrada por el mundo... casi puedes tocar con tus dedos esa realidad, y te hace sentirte muy muy pequeña.

En fin, estoy filosofando mucho con este tema y no creo que sepáis muy bien de lo que estoy hablando, así que me despido. Os dejo antes una foto de "nuestro pequeño momento de gloria": Caroline y yo nos colamos en una fiesta privada muy exclusiva donde había varios famosos, y nos hicimos una foto con el rapero Kanye West.


Yo, Caroline y Kanye West...uña y carne jaja
 También durante el festival hubo muchas fiestas chulas en Cannes, como la de Martin Solveig y Bob Sinclair...las dos estuvieron bien, aunque las mezclas de Bob Sinclair fueron mucho mejores y además con voz en directo.


Martin Solveig

Diamonds are forever,
They won't leave in the night,
I've no fear that they might desert me...
 (de la canción Diamonds from Sierra Leone de Kanye West)

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