sábado, 20 de noviembre de 2010

MEAN REDS, CRÉMAILLERES Y CONFIDENCIAS CON UN EXTRAÑO...

¡Hola a todos! Me he propuesto escribir con regularidad para contar el máximo de cosas posibles, por lo tanto tendréis que perdonarme si las entradas no están demasiado cuidadas y si hablo un poco desordenado. No me andaré con preámbulos ni intentaré conectar ideas porque no tengo tiempo para eso.

LA FIESTA EN FRANCIA: aquí se estilan mucho las fiestas en casas o las crémaillères. Las fiestas en casas son divertidas porque te permiten entablar conversaciones más fácilmente que en una discoteca, donde la música está a menudo demasiado alta para hablar, además de ser un ambiente como más familiar y personal. En una crémaillere también pueden pasar cosas inesperadas que no pasarían normalmente en una disco, como por ejemplo que el anfitrión se despelote en mitad de la fiesta, etcétera...esas pequeñas cosas que hacen una fiesta original. Lo peor es que cuando esto ocurrió yo ni me enteré, como soy bajita solo veía un mar de cabezas que se arremolinaban alrededor de este hombre, por lo visto, desnudo. Es decir, yo sabía que estaba pasando algo pero no sabía el qué. Muy inoportunamente me dediqué a gritar por encima de las cabezas "GUAPOOOOO" por lo que quedé como una salida gritándole a un tío en pelotas.
Otra cosa extraña que puede ocurrir en una crémalliere es que dos tíos se empiecen a dar de bofetadas...y que tú, sin comerlo ni beberlo, seas la causante. Es divertido ver cómo la gente hace conjeturas sobre lo que pudo pasar mientras tú disimulas un poco para no coger fama de "disturbadora de la paz".

Joanna, Caroline y yo en la fiesta de la espuma
Pero aparte de las fiestas en casas, por supuesto aquí también hay discotecas y bares. Hace poco estuve en una fiesta de la espuma y fue bastante divertida, sobre todo porque era la primera vez que iba a una fiesta de este tipo. Tengo que decir, sin embargo, que no me parece ni medio normal. O sea, me lo pasé muy bien y todo eso...pero había DEMASIADA ESPUMA. Os prometo que había momentos en los que me ahogaba, sin exagerar. De repente y sin previo aviso, la espuma empezaba a subir y a subir llegándome a la altura de los ojos. No ayudaba mucho tampoco que la gente hiciera la gracia una y otra vez de meterme debajo de una especie de cascada que había en el centro de la discoteca. Fue divertido, etcétera PEEEEEERO no quiero repetir esta experiencia hasta dentro de un año por lo menos. Además de acabar empapadísimos, nuestros móviles, cámaras de fotos, Blackberrys, etc resultaron bastante perjudicados, incluso ha habido defunciones [mi móvil...snif! :'(    ].
Os voy a relatar mi historia con el móvil porque todavía a día de hoy a mí me parece un milagro lo que ocurrió. La gente dice que exagero y no le dan mayor importancia, pero os prometo que fue un milagro y que yo, personalmente, voy a fundar una nueva religión basada en esta historia.
RESULTA QUE: estaba yo, contentilla, en la soirée mousse bailando sobre una plataforma giratoria con la espuma a la altura de la cintura, y sin querer se me resbaló el móvil de entre las manos. En plan loca-total, junté en un círculo a todas las personas que en ese momento estaban bailando sobre la plataforma (conocidos y desconocidos) y con voz de "alerta roja, alerta roja" les dije: "He aquí una situación. He perdido el móvil. Y he aquí una misión: encontrarlo". Total, que nos pusimos todos a gatas, comiéndonos la espuma mientras algunos testigos veían la escena sin comprender nada. Esta escena se repitió en varias ocasiones, porque aunque por momentos me rendía y asumía que había perdido el móvil y seguía haciendo la fiesta y jugando con la espuma por cualquier punto de la discoteca, de vez en cuando todavía me venía la idea a la mente de que tenía que encontrarlo A TODA COSTA. Así que volvía al "lugar de los hechos", me subía a la plataforma y reclutaba a "voluntarios" para que me ayudasen a encontrar el móvil entre la espuma. Mis "voluntarios" eran, desgraciadamente, los tipos más colgados y borrachos de la discoteca...pero al menos tenía mi pequeño ejército luchando contra la espuma.
Sin embargo, no hubo suerte, y volví a casa derrotada pensando: "¡Diosssss otro móvil perdido! ¿¿¿Cuál es mi puñetero problema???"
... PUES BIEN: el móvil apareció a las 7 de la mañana dentro de la bota de mi compañera de piso. ¿ES UN MILAGRO, SÍ O NO? O sea, imaginaos mi cara en ese momento!!

EN EL INSTITUTO todo me va muy bien, aunque tengo muchas dificultades para quedarme con los nombres de los alumnos (tienen nombres raros y yo memoria pez). En mi mente les pongo siempre motes...tengo que andarme con cuidado o cualquier día acabaré dirigiéndome a la niña-gorila precisamente con ese nombre: niña-gorila. Tengo que decir que esta niña me cae especialmente mal, la he cogido una manía especial. La muy tonta se cree que puede vacilarme, a mí, YO que le dije a mi tutora en el colegio que no podía telefonear a mis padres porque no tenía teléfono ni electricidad en casa (lo fuerte es que se lo creyera...o sea, ¿¿cómo voy a vivir sin electricidad??). No es que quiera ir de chunga, yo en el colegio era bastante buena, PASOTA y en mi mundo, a mi bola, etc, pero BUENA...Pero me hace gracia que se piensen que me van a tomar el pelo cuando, no hace mucho tiempo, yo estaba sentada en esa mesa, utilizando todos los trucos estudiantiles habidos y por haber para escaquearme y no trabajar en clase...y además, soy española y por lo tanto mil veces más pícara que cualquier francesín a medio cocer.
Por lo demás, los alumnos son bastante simpáticos...cuando no intentan ligotear conmigo, podemos tener hasta conversaciones interesantes sobre España, Francia, etc. Me hago la tonta alguna vez como si no supiera algunas cosas de Francia porque me he dado cuenta de que les encanta contarme cosas de su país, impartir sabiduría y ponerse en el papel de "enseñantes" por una vez. Y yo encantada, porque a mí todo me vale con tal de que hablen en español, porque realmente quiero que mejoren. De verdad que estoy súper motivada Y QUIERO QUE APRENDAN. Antes mi principal preocupación era que no me comieran en clase, pero ahora que ya se ha pasado el susto inicial y estoy a gusto en las clases, mi objetivo es que a final de curso hablen español como los ángeles. Me siento como la típica profesora de estas películas de antena 3 que llega súper motivada a un instituto del Bronx donde todos los negros están súper desmotivados y se lían a tiros entre ellos cada tarde a las 5, y a final de curso acaban todos estudiando medicina o derecho.

Como véis todo me va bastante bien y estoy muy contenta, aunque hay veces también que me siento un poco sola. O sea, sé que no estoy sola, mis compañeras de piso son geniales, simpatiquísimas y los españoles también, pero a veces echo en falta a alguien que me conozca más, alguien con quien hablar de historias pasadas, etc y a quien hablarle de cosas más serias, sentimientos, etc. Esto me ocurre en "los días rojos", que a pesar de este nombre, no tienen nada que ver con el periodo. "Los días rojos" es como Audrey Hepburn en Desayuno con diamantes denomina a los días de bajón. En estos días rojos, acudo a un sitio que me calma mucho, donde se respira paz y tranquilidad. Se trata de una especie de fortaleza junto al mar, es un lugar muy bonito donde, además, no suele haber mucha gente, y cuando la hay suele ser gente solitaria en su mundo (¿tendrán ellos también un día rojo?).

En casa, todo estupendamente. Joanna, Caroline y yo nos llevamos muy bien y tenemos ya nuestros pequeños rituales, como sentarnos juntas por la tarde a ver Mujeres Desesperadas. Hemos descubierto que Joanna es igualita a Susan Mayer, el personaje de la chica patosa, inocente y dulce. Caroline sería Lynette, la chica fuerte, inteligente, decidida, con sus ideas bien claritas y su carácter, que no se deja mangonear por nadie. Y por último yo...ellas me han asignado Gabrielle Solís, pero yo si os soy sincera me siento más identificada con la señora Maclasky!!! jajajaa es decir, la señora solterona y un poco gruñona que suelta borderías sin cortarse un pelo. Qué poco glamour...

Os voy a decir algo de Caroline, la canadiense: esta chica es súper espabilada. Sin entrar en más detalles os voy a dar un ejemplo: el otro día la propietaria se presentó en nuestra casa con mucho morro por su parte pidiéndonos que le pagáramos 50 euros más por el alquiler cada una. Bueno, pues no me preguntéis cómo lo hizo Caroline, pero empezó a hacer números, apuntar cifras en un papel, hablar del agua, la luz y la creación del Universo y al final resulta que no solo no nos subió el alquiler la propietaria, sino que al final vamos a pagar menos de lo que pagábamos antes. Olé olé y olé por esta niña tan lista. Aunque por otro lado me da un poco de miedo, porque Joanna y yo somos demasiado pardas y la verdad es que opino que la canadiense no tendría ningún problema en doblegarnos y hacernos sus esclavas si se lo propusiese.

Lo último que os tengo que contar, es que tengo una relación bastante extraña con una persona por internet. Es alguien que no conozco, bueno, en teoría sí le conozco, solo que no me acuerdo. Os explico porque es un poco lío: el verano pasado estuve 3 semanas en Alemania, conocí a mucha gente, fue muy divertido, etc. Cuando volví a Madrid, me agregó al facebook una persona que no reconocía ni por el nombre ni por la foto de perfil, pero vi que teníamos muchos amigos en común, amigos de Alemania, así que pensé que le habría conocido ahí y que, simplemente, su foto de perfil no era muy concluyente (hay orcos que en la foto de perfil se parecen a Kate Moss). Le acepté como amigo y miré sus fotos detenidamente, pero seguía sin reconocerle, algo muy extraño puesto que el chico es bastante mono. Lo fuerte era que tenía muchas fotos en las que aparecía con mis amigos de Alemania, en todos los sitios y fiestas a las que yo había ido, lo cual me hace pensar que estuvimos saliendo con el mismo grupo de gente y yendo a las mismas fiestas, pero por un extraño motivo no me acuerdo. Pensé que sería la típica persona que conocí por encima y que nunca habíamos intercambiado más que un "hola" y un "adiós". Sin embargo, cuando empezamos a hablar por el chat del facebook, me di cuenta de que él conocía muchos detalles de mi vida y de que me hablaba con bastante confianza. Es decir, que habíamos hablado antes, que le había contado mi vida, Y YO NO ME ACUERDO. Si la historia ya es rara, se pone peor: este chico es como muy místico e interesante, es francés, vive en Estrasburgo (¡¡una de mis ciudades favoritas de Francia!!), es un poco bohemio, músico e ingeniero. Vamos, que si hubiese hablado con él, me acordaría!!!! Pero el asunto es que está claro que nos hemos conocido y que yo no me he enterado!!!!
EL ASUNTO ES que ya hace un año que llevamos hablando, le cuento mis cositas, secretos etc y aunque se me hacía un poco raro que él me conociese personalmente y yo a él no, ya me he acostumbrado y tenemos conversaciones interesantes. Pues bien, resulta que como ahora estoy viviendo en Francia, me ha invitado en diciembre a su casa en Estrasburgo. Pero no sé si me apetece porque me viene muy bien tener a un "desconocido" al que contarle mi vida. Si le conozco seguramente cambiará todo, aunque por otro lado es un niño muy dulce y bueno que aguanta mis locuras, así que no me importaría conocerle y además así podría volver a Estrasburgo, que en diciembre estará precioso, seguro que hay un montón de nieve.
En fin, ese es el dilema al que me enfrento ahora: ¿voy a Estrasburgo a conocerle o no? ¿Y si está loco? ¿Y si se da cuenta de que llevo un año mintiéndole y que en realidad no me acuerdo de él? Porque lo chungo es que ni siquiera sé cómo se llama...en el facebook se ha puesto un nombre raro, y ahora sería demasiado extraño preguntarle su nombre, ¿no?
Así que no sé qué hacer...

Bueno, os dejo que me ha salido una entrada inmeeeeeeensa. Espero que tenga sentido lo que he escrito y que nadie venga a preguntarme que qué hacía con un hombre desnudo en una fiesta de espuma viendo Mujeres Desesperadas!!!!!

¡Besos a todos, guapos y guapas!

lunes, 8 de noviembre de 2010

CELEBRATE AND LIVE MY LIFE

Como ya os había adelantado, Bea vino a visitarme este fin de semana. Visitamos Antibes, fuimos a la playa, estuvimos en Cannes donde nos pegamos una buena comilona con un buen vino como reinas y fuimos el paseo de las estrellas de cine (mi mano es de la talla exacta que la de Julie Andrews, mi ídolo en Sonrisas y Lágrimas) Ah si! También nos metimos en una tienda a “tomar prestado sin retorno” nuestro disfraz de Halloween (esta niña me incita al crimen).
La noche de Halloween salimos por ahí y Bea, disfrazada de cabaretera (para completar su disfraz me pidió prestado un vestido…no sé cómo tomármelo), acabó en los brazos de un romano y yo, de Audrey Hepburn, pasé la noche bailando con un cretino en pijama, que me dio unas agujetas que al día siguiente no podía ni andar.
La visita de Bea, además de traerme muchas risas y "situaciones", también ha provocado que ahora tenga a un viejo continuamente mirándome por la ventana. Os explico: 
Resulta que le conté a Bea que me encantan las ventanas de mi cuarto porque tienen las típicas “tapaderas” (no sé cómo llamarlas) que se abren como las de la película de La Bella y la Bestia, y que el primer día me emocioné y abrí la ventana de golpe mientras cantaba la canción que sale al principio de la película, cuando todo el mundo se asoma a la ventana y empiezan a cantar Bonjour bonjour bonjour. El caso es que Bea hizo la coña de abrir la ventana y cantar a grito pelado lo de Bonjour bonjour con la mala suerte de que un señor que estaba en el balcón de enfrente la vió. Obviamente se quedó flipando y no paraba de mirarnos por la ventana. A partir de entonces, siempre que abro la ventana le encuentro escuadriñándome desde su balcón, y yo cojo y le suelto un bonjour cada día, para quitarle hierro al asunto y que piense que me da igual que nos haya sorprendido cantando y haciendo el panoli.
De las muchas chorradas que se han dicho durante este puente que Bea vino a verme (muchas consecuencia directa de la ingestión de Old Nick, un ron barato que compramos un día sin saber muy bien por qué, supongo que el hecho de que salga un negro en la etiqueta habrá influido jaja) me quedo con esta frase:
Bea: Eres imbécil
Yo: (súper empanada, como siempre) ¿Qué insinúas?
Jajjajajajaja

Y nada, las vacaciones ya terminaron y estoy de vuelta a mi rutina habitual.
En el colegio hay veces que lo paso mal porque es que en los textos aparecen palabras en español que yo ni conozco, y rezo porque los niños no me pregunten qué significan.
El otro día, una niña me preguntó que si era lo mismo ser hedonista que ser epicúreo y me quedé a cuadros. Le dije que sí y cambié de tema rápidamente.
Otro de los problemas que tengo, es que Tito (uno de los vecinos españoles) me está enseñando a hablar un francés “muy chungo” y de vez en cuando en clase suelto palabras que me hacen quedar como un negro del Bronx, así que los niños deben de pensar que son una kinki muy parda.
Los viernes es el día que veo “al alumno mono”. El último día me dijo que conocía algunas palabras españolas: “guapa”, “bonita” y “te quiero”. Juro que me puse un poco rojita y a punto estuve de contestarle tristemente que yo también conocía algunas palabras francesas: “pedophile”, “petit”, entre otras.

En casa todo estupendamente, quitando que la canadiense y yo estamos todo el día comiendo y nos vamos a poner obesas y que vivimos con una marioneta que quiere matarnos.

Un problema que encuentro al vivir con dos anglófonas es que no puedo cantar tranquila sin que se cachondeen de mí. Os explico: yo cuando canto en inglés, muchas veces me invento las letras. Muchas veces ni siquiera estoy cantando en inglés, simplemente estoy siguiendo el ritmo de la música mientras digo “wachu wachu” y cosas que suenan a inglés. El problema es que, aunque podría pasar por estar cantando en inglés a los oídos de cualquier español de pueblo, obviamente a éstas no las engaño y se quedan flipando con mis “letras”. A veces incluso dicen que parece que estoy diciendo algo, como el otro día, que me juraban y perjuraban que había estado cantando en la ducha una canción que decía “I gotta fornicate” (aprovecho el momento para desmentirlo).

Hablando de fornicate…los franceses de la mansión han resultado ser un poco depravados y yo personalmente les tengo pánico. El lado bueno es que siempre nos están intentando emborrachar, supongo que para llevar a cabo sus maquiavélicos planes, pero bueno, no me quejo que el alcohol está muy caro. Además, hay varios actos sospechosos como por ejemplo uno de ellos nos ofreció a Joanna y a mí un tentador viaje a París en noviembre, en el que seríamos invitadas nada más ni nada menos que al torneo de Roland Garros, en una final jugada por el mismísimo Rafael Nadal. Como somos tan pardas, las dos nos emocionamos mucho, y fue como un chorro de agua fría cuando alguien nos dijo que el Roland Garros era en junio, no en noviembre.¡Menudo idiota! Le voy a invitar yo a la feria de Sevilla en enero, a ver qué le parece.

Os dejo una foto de un barco que vimos en Cannes. Fue muy gracioso, porque estábamos paseando Bea y yo por el puerto, comentando lo cursis que eran los nombres de los barcos cuando de repente nos tropezamos con éste:
 Y aquí dejo la foto en la que se demuestra que Sor María de Sonrisas y Lágrimas y yo somos almas gemelas.



Y os comunico que éste es el nuevo hit que interpreto en la ducha de mi casa con mi inglés chuchurrío...(cuando me da por una canción, no la suelto!! Mientras escribía esta entrada la he puesto 20 veces)



LA MARIONETTE


¡Hola a todos! La vida continúa apaciblemente en la Costa Azul, más apacible ahora que nunca, ya que me han dado vacaciones (adoro el calendario escolar jojojo). Bea va a venir a visitarme este fin de semana, y estoy segura de que esto provocará muchas situaciones interesantes, el problema es que no sé si podré contároslas porque esta niña está demasiado loca y sus historias son con frecuencia demasiado turbias para ser publicadas.

En el trabajo todo bien, todavía no me he acostumbrado a mi nueva posición de autoridad y solo he sido capaz de mandar callar a un niño. Afortunadamente, se portan todos bastante bien, todavía no me puedo creer que me hagan caso. Osea, les mando hacer algo Y LO HACEN!!! Nunca había tenido esa sensación de poder (excepto con mis premoniciones del tarot erótico), tengo que andarme con cuidado no se me vaya a subir a la cabeza y empiece a ponerles deberes y exámenes como una posesa (el otro día les puse un examen a la clase de la niña-gorila muahahaha [risa maligna]).

Por otra parte, Joanna nos ha presentado a su adorable marioneta, esa que iba a utilizar en sus clases de inglés para niños pequeños.
Vino un día a mi cuarto demasiado mona, hablándome como en una función a un público infantil: “mira Carolina, te presento a mi amiguito Scruffy, es un poco tímido, viene directamente de Inglaterra y solo habla inglés”.
Scruffy es una marioneta de un perrito blanco, con el pelo revuelto y ojitos tiernos. Bueno, en realidad no es una marioneta, sino una especie de muñeco de guiñol-peluche, al que llamamos marionette para simplificar.
A mí en principio la marioneta me cayó bastante bien, el problema vino cuando se la enseñé a la canadiense.
Cogí la marioneta y empecé a imitar a Joanna, porque su manera de presentármela había sido bastante simpática. Lo único que fue un poco patético y hubo una desincronización de sonido, porque cuando se suponía que el muñeco hablaba, se me olvidaba moverle la boca, y luego cuando terminaba la frase, intentaba rectificar moviéndosela a gran velocidad como si no hubiera mañana.
A pesar de lo mono que era Scruffy y de mis patosas habilidades, Caroline no esbozó ni una simple sonrisa. Muy seriamente me explicó que no le gustaban las marionetas, que eran todas unas falsas, que parecía que eran tus amiguitas pero que luego en todas las películas asesinaban a la gente. Para reforzar sus argumentos, me hizo una demostración: se enfundó a Scruffy en una mano y empezó ha decir cosas lindas con voz de flauta como “hola Carolina, soy tu mejor amigo blablabla” y de pronto sin previo aviso, me plantó al muñeco a dos palmos de mi cara mientras gritaba con voz ronca “TE VOY A MATAAAAAAR”. Obviamente, pegué un chillido y salí pitando. Ante tan convicentes argumentos, no se puede luchar, así que encerramos a la marionette en una bolsa atada con cuatro nudos, que luego pusimos debajo de un cojín, en la última esquina del sofá (toda precaución es poca). Después nos precipitamos fuera de la casa y nos fuimos a la playa, donde pasamos la tarde ideando maneras divertidas de que Scruffy “sufriera un accidente”.
EL ASUNTO ES que ahora Caroline y yo estamos continuamente amenazándonos con poner la marioneta bajo la cama de la otra y ahora cada vez que entro en mi cuarto busco desconfiada en cada esquina por si acaso anda ese demonio de muñeco por ahí.
Así que por culpa de Joanna estoy ahora que no pego ojo por las noches...

Otra cosa que me pasa con Joanna es que no nos entendemos nada. A veces estamos hablando, teniendo una conversación súper larga, y de pronto nos damos cuenta de que estamos hablando de cosas diferentes. POR EJEMPLO: el otro día estábamos hablando del 11-S, y luego empecé a hablarle de Lady Di y de cómo había muerto en circunstancias misteriosas, de todo lo que se había hablado de una conspiración, etc. Estuvimos hablando como un buen rato, y de pronto empezó a hacerme preguntas extrañas e incomprensibles. Transcurrieron como 20 minutos durante los cuales empecé a pensar que Joanna era realmente friki, y su mirada me decía que ella pensaba más o menos lo mismo de mí. Cuando nos quisimos dar cuenta, estábamos tiradas por el suelo partiéndonos de la risa porque esto es lo que Joanna había comprendido:
Que una señora musulmana que se llamaba Lady Di y que estaba embarazada, se encontraba en el edificio de una de las torres gemelas el día del 11-S y que quería que su bebé muriera. La familia de la musulmana Lady Di también querían que muriera y rezaban por ello. Luego escribieron un libro sobre ello.
Como podéis comprobar, hablar con esta niña es como jugar al teléfono estropeado durante todo el día.

Bueno, ya os seguiré contando historias otro día, un besito a todos!!!!!

Aquel que tiene un porqué para vivir se puede enfrentar a todos los "cómos". Friedich Nietzsche