lunes, 18 de octubre de 2010

NICE CAN'T HANDLE ME


¡Hola a todos! Seguramente os estáis muriendo de curiosidad por saber qué pasó en mi primer día de clase…en el capítulo anterior dejamos la pregunta en el aire de si me convertiría en una profe parda, sexy o cool (bueno…en realidad creo que solo dije lo de parda, pero en mi mente barajé también esperanzadoramente las otras dos opciones).
Creo que todavía es pronto para decirlo, ya que en mi primer día fui un poco las 3 cosas a la vez:

FUI PARDA porque era mi primer día, andaba despistadilla (si si si, más de lo habitual) y hubo alguna clase en la que me sentí un poco desubicada preguntándome para mis adentros “¿qué hago aquí? ¿saben que estoy aquí?”. Además hubo una niña malhumorada y tonta que parecía un gorila y que me hizo una pregunta estúpida que me dejó la mente en blanco durante unos segundos. El asunto es que me presenté y luego dejé que me hicieran preguntas. Los alumnos me preguntaron cosas normales del tipo cómo es tu ciudad, echas de menos a tu país, qué piensas de Francia, incluso hubo uno que me preguntó que cómo había celebrado el mundial (tuve que improvisar una mentira porque no le iba a contar que había acabado borracha como una cuba buscando desesperadamente una fuente en la que bañarme y morreándome con un chico que se parecía a Iker Casillas). Sin embargo, la pregunta de la niña-gorila fue desconcertante: Su pregunta:
¿tienes tú acaso alguna pregunta para mí?
…¬¬
Me quedé un poco pillada, la verdad. ¿Por qué iba a tener una pregunta para ti, niña-gorila? Tú no eres exótica y extranjera como yo. Solo eres una niña-gorila que me mira enfurruñada y se pone chula. Así que le pregunté que qué quería ser de mayor, aunque por su constitución del Empire State Building lo de “de mayor” sonaba un poco a guasa.

FUI SEXY porque algunos alumnos me tiraron un poco los trastos. En la ronda de preguntas uno me preguntó “si yo tenía un amor” jajajaja. Otro me preguntó que si tenía una hermana de su edad y que si se parecía a mí. Y hubo otro…ayyyy!!! hubo otro del que me he enamorado, queridos lectores. Bueno, no es que me haya enamorado, pero me pareció un niño muy mono. Si yo tuviera 18 años…EN FIN.
El asunto es que me dijo que si yo quería, él podía enseñarme la Costa Azul, y luego dijo que le encantaba el español, pero SOBRE TODO la profe de español (ay ay ay si no fueras pequeñuelo…). El asunto es que es totalmente el tipo de chico que me gusta. No es que fuera muy guapo de una forma clara y evidente, pero era muy atractivo. Era una de estas personas que cuando sonríen, no solo lo hacen con la boca, sino también con los ojos. Cuando le expliqué esto a mis compañeras de piso se quedaron alucinadas con mi manera de hablar poética y me preguntaron con mucho cachondeo si me había sentido como si el sol hubiera salido entre las nubes, como si fuera un nuevo renacer. Que digan lo que quieran, PERO ES CIERTO. Una sonrisa así a mí me desarma por completo. Tendré que andarme con ojo si no quiero que la clase de los viernes por la tarde se convierta en un capítulo de Física y Química.

Y por último FUI COOL porque les arranqué más de una carcajada a mis pupilos, y porque creo que les caí bien. Muchos de ellos tampoco podían creer que fuera profesora, y siempre la primera pregunta era que cuántos años tenía. También me hicieron un montón de preguntas sobre el botellón, lo cual me hizo muchísima gracia.

Tengo que decir que los niños franceses son mucho, muchísimo más buenos que los españoles, y muy educados además. Hubo algunos chicos y chicas que me parecieron adorables (sobre todo uno en concreto jeje).
Lo malo es que esto es un maldito pueblo, y el viernes me encontré a dos alumnas en el Hop Store, un pub irlandés del viejo Antibes. Estaba un poco contentilla porque me había bebido unas cerves y no sabía muy bien qué actitud adoptar. Sé que hablé con ellas y sé que nos hicimos una foto juntas. Pero no recuerdo los detalles. Miedo y pánico.

En cuanto a mi vida social, poco a poco vamos ampliando el círculo de amistades. El otro día intimamos con dos fontaneros que vinieron a arreglar las cañerías del fregadero. Los muy pillos vieron a tres chicas jóvenes y guapas como nosotras y nos dijeron que habían echado un producto que había que dejar actuar durante media hora, antes de poder continuar con su labor de desatascamiento. Con esa excusa se plantaron en nuestro salón y estuvimos hablando con ellos durante tres horas. Finalmente hubo un intercambio de teléfonos y se marcharon sin hacer eso que se suponía que tenían que hacer transcurrida la media hora (osea, que había sido todo una burda estrategia).
Hemos conocido también a unos franceses que viven en una mansión blanca, preciosa, muy cerca de nuestra casa. Y también a un americano que es clavadito a Mel Gibson, pero más simpático (no es que conozca personalmente a Mel Gibson, pero con esos sablazos que da en la película de Braveheart, pues como que no tiene mucha pinta de ser majo).

Pero las mejores son Joanna y Caroline, ¡mis roomies! El otro día fue muy gracioso porque estábamos en este pub que se llama el Hop Store y ellas dijeron que se iban un momento al baño. Durante su ausencia me quedé hablando con nuestros nuevos amigos franceses y me puse muy tierna y sensiblera diciéndoles que Joanna y Caroline eran mis dos mejores amigas aquí, que eran súper monas y que no parecía que nos conociésemos solo de dos semanas. Cuando terminé mi emotivo discurso, los franceses me preguntaron que dónde se habían metido esas adorables e inseparables amiguitas mías. Justo entonces me di cuenta de que llevaban como media hora sin aparecer…¡¡me habían abandonado!! Y yo había quedado como una loca diciendo que eran mis mejores amigas, las muy bitches!!! Pero cuando aparecieron, me contaron que de camino al baño Mel Gibson les había invitado a una copa por el morro, porque era su cumpleaños. Este tipo de excusas son 100% comprensibles, por lo que no les retiré el título de “mejores amigas de Francia” POR AHORA...al fin y al cabo, yo haría lo mismo si Mel Gibson me invitara a una copa. De hecho haría lo mismo aunque me invitara un híbrido del jorobado de Notre Dame y Falete.

JOANNA&CAROLINE: me hace mucha gracia vivir con ellas porque también son profesoras, pero de inglés y para niños pequeños. A veces llego a casa y me las encuentro coloreando, dibujando u hojeando libros infantiles (¡¡es como vivir con bebés!!). Además, Joanna me cuenta sus clases y me hace mucha gracia: por lo visto tiene a todos los niños revolucionados. Su grito de guerra es “Are you ready for English?” y todos los niños gritan como posesos “Yeah, I’m readyyyy!!!”. Le he sugerido otros gritos motivadores como “Can you do it?” “Yeah, I can do it!” o bien “THE POWER OF ENGLISH!!!!!” También me ha dicho que tiene pensado traer una marioneta a sus clases, en un ataque de inspiraci'on repentina le he pedido que la llame Harry Puppet (Puppet es marioneta en inglés) para hacer un juego de palabras con Harry Potter, pero dice que no puede llamar a su marioneta Harry porque le pone nerviosa que los franceses no pronuncien la “h” y digan ‘Arry en lugar de Harry.
Trabajar con enanos tiene que molar, porque la verdad es que tanto Joanna como Caroline tienen unas cuantas anécdotas graciosas, pero no puedo contarlo TODO porque no me apetece.

¡Muchos besos a todos los que me leéis! Os dejo la canción de Club can’t handle me de Flo Rida y David Ghetta, que ha dado nombre a esta entrada y que escucho hasta la saciedad provocando una especie de tortura a lo naranja mecánica a mis compañeras de piso!

lunes, 11 de octubre de 2010

UNE VIE À LA FRANÇAISE

Las empanadas mentales de Mini Carol es la continuación My Cotton Candy World, un blog que empecé a escribir durante mis años universitarios, y que decidí cerrar cuando terminé la carrera y empezó mi vida laboral.

 ¿Y qué pasa ahora? Pues que estoy en Francia, viviendo en la Costa Azul, entre Niza y Cannes en un sitio muy bonito que se llama Juan Les Pins.
Llegué aquí con un contrato para trabajar de profesora de español en un Lycée (un instituto) hace una semana. Conocí a mis compañeras de piso Joanna (una hippie inglesa-austriaca) y Caroline (canadiense…y con el tremendo inconveniente de que nos llamamos igual, por lo tanto le dije con todo mi morro que habrá que hacer algo con su nombre para cambiárselo. Le propuse “Pepa” y no le gustó…dice que ese nombre le recuerda a una mofeta (?) ).
EL ASUNTO ES: que son muy simpáticas. Y que tenemos un apartamento muy mono al lado de la playita. Se trata de un piso un poco hippie (lo escogió Joanna) pero muy espacioso. Estando en esta casa no me ha costado mucho averiguar varias cosas de la familia que habitaba aquí antes:
1)      No limpiaron la casa en años. Creo que para finales de mes terminaré mis labores de desinfección.
2)      Tenían una hija repelente que ganó un concurso de belleza. Encontré como 30 fotos enmarcadas (sin exagerar) en mi armario. Es una niña muy mona, rubita con ojos azules, pero bastante cursi. Sus padres estaban tan orgullosos de la belleza de su retoña que clavaron fotos suyas por toda la casa y todavía se pueden ver las marcas de los cuadros por las paredes. En mi habitación hay una foto que se dejaron olvidada (o que no consiguieron arrancar porque os juro que no sé con que demonios clava esa gente los cuadros, con cemento por lo menos), y también en mi armario hay otra foto ahí apostada que he intentado arrancar como si fuera la espada del Rey Arturo, sin éxito. Como consecuencia, tengo que ver la cara de la cursi desconocida cada mañana. Y no digo que fuera cursi solo por las fotos en las que sale vestida de princesa, o por la foto del día de su coronación de reina de la belleza, sino porque los muebles de su habitación (que muy generosamente le he cedido a la canadiense) parecen reproducciones a gran escala de los muebles de la casa de la Barbie: escritorio rosa con estrellas brillantes por los bordes. Bicicleta rosa con florecitas rosas pintadas. Cuadro rosa con la imagen de Hannah Montana (vestida de rosa) colgado en la pared. Silla rosa con respaldo en forma de corazón. Cajones rosas. Cama rosa. Para no aburriros con una larga enumeración, os diré que todo lo que tiene es rosa, y que todo tiene forma de corazón, de estrella o de Hannah Montana.

LA COSTA AZUL: Esta zona de Francia es preciosa…el agua es azul y transparente, la gente es rica, las casas son bajas y no como esos bloques de cemento que invaden la costa española. El clima es privilegiado. En Juan les Pins la arena de la playa es fina y blanca.
Tenemos tres vecinos españoles muy simpáticos, con los que siempre nos estamos peleando y picando para ver quién tiene la mejor casa (desafortunadamente van ganando ellos, ya que no tenemos por ahora ni gas NI CAMAS!!! Llevo una semana durmiendo en el sofá…fue un poco sospechoso que nada más firmar el contrato de arrendamiento la propietaria tuviese que marcharse precipitadamente en circunstancias misteriosas a Alemania). Por otro lado, ellos no tienen tele, y quitando que la habitación de uno de ellos parece la Cabaña del Tío Tom pero sin puerta y que tienen una gotera, el resto de la casa está bastante bien, así que últimamente estoy tratando de evitar esos duelos de palabras de “a ver quien tiene la mejor casa”. Tienen incluso un jardín con un huerto en el que intentan plantar no sé qué (tomates y cosas así…más les valdría plantar marihuana, por lo menos así podría encontrar un consuelo por mi ausencia de cama).

EL TRABAJO: todavía no he comenzado…pero ya tengo pavor. En el liceo hay estudiantes que parecen mayores que yo!!!! Además yo soy de naturaleza poco autoritaria... vamos, que Calimero al lado mío parece Adolf Hitler!!!! Así que no sé cómo demonios voy a imponer orden en la clase…
Este es el cuadro: una chica joven, extranjera, que no habla bien el idioma, novata, sin experiencia…¡¡¡a esa en España se la comerían viva!!! Mi única esperanza es que los adolescentes franceses sean más calmados que los españoles (aunque veo mucho malote vestido de rapero en la puerta del lycée…aish! :S )
La última vez que estuve en el Liceo por asuntos burocráticos, fue muy gracioso porque pisé el suelo recién fregado y una señora de la limpieza empezó a echarme una bronca increíble, dirigiéndome palabras duras (yo estaba ya al borde de las lágrimas) y haciendo aspavientos con la fregona. Tras un sermón de 20 minutos, me apuntó acusadoramente con el mocho diciéndome que además que qué hacía yo ahí, que esa era una zona en la que los estudiantes no podían pasar. Le dije que no era estudiante, sino profesora del instituto. Al principio no me creyó y se unió a un corro de señoras de la limpieza para decidir quién era yo en realidad. El consejo de señoras de la limpieza decidió que decía la verdad y la expresión y modales de la que me había regañado cambiaron en el acto. Me abrió la puerta muy respetuosamente y me indicó con mucha reverencia cómo podía llegar al sitio que estaba buscando. No había dado ni diez pasos en esa dirección cuando me volvió a pasar algo parecido, esta vez con una profesora, a la que me costó más tiempo convencer de que yo trabajaba ahí y de que tenía 23 años. Lo peor es que como estoy acostumbrada a ser alumna, todavía no me he mentalizado de que ahora estoy al otro lado, y cuando me regañan tiendo a bajar la cabecita y a asentir como una alumna. Tengo que acostumbrarme a mi nuevo papel de profesora y repetirme a mí misma: aquí mando yo. Y punto. Y como vuelvas a apuntarme con el mocho te tiro una tiza a la cara!!! (cada cual utiliza sus armas…)
Tras estos dos episodios, mis peores temores se confirmaron: estoy a punto de convertirme en la típica profesora parda a la que todos vacilan.
No era lo que yo había soñado, la verdad. Cuando me imaginaba de profesora, me imaginaba como Sor María en Sonrisas y Lágrimas: los niños me adorarían, cantaríamos canciones con trajes hechos de cortinas viejas, ellos me escucharían y tendrían un padre como el Capitán Von Trapp: un hombre guapo y varonil que acabaría enamorándose de mí y que me cantaría una canción en la montaña.

...desgraciadamente, me temo que dejé volar demasiado mi imaginación y tendré que resignarme a ser la pringada a la que vacilan como “la Buffy” de mi colegio…y a todo esto los vecinos siguen negándose a plantar marihuana!!! ¿¿¿QUÉ VOY A HACER???



No inventes, no engañes, no robes ni bebas; pero si inventas, inventate un mundo mejor; si engañas, engañale a la muerte; si robas, robate un corazón y si bebes, bebete los mejores momentos de tu vida.