lunes, 7 de marzo de 2011

SOBRE CHINOS Y "MOUTONES"



Hola a todos.
A mis fieles seguidores (es decir...a 3 personas) os pido disculpas por haber cerrado el blog durante estas últimas semanas. El motivo es muy simple: siempre me ha dado la sensación de que este blog no lo leía ni Buda, y por eso a veces me he dejado arrastrar demasiado por la sinceridad, relatando pensamientos sin cortarme ni un pelo. Sin embargo, recientemente me di cuenta de que había por lo menos un loco que bebía mis palabras como si fuera el agua, así que me plantée si era buena idea o no esto de tener un blog tan personal. Bloqueé la página de manera que solo yo podía acceder para tomar una decisión: ¿suprimo el blog? ¿es el momento de empezar a escribir cosas solo para mí? ¿o quizás puedo comenzar a escribir cosas a mis amigos, cartas a la antigua usanza con su sobre y todo? En fin...no sabía qué hacer. Pero en esta tarde tranquila, me siento frente a la pantalla y empiezo a leer entradas antiguas del blog. Y me gusta mucho, mucho, mucho. Estas experiencias quedan plasmadas y nunca las olvidaré gracias a que me tomé la molestia de escribirlas. Así que he tomado la decisión de reabrir el blog, y para deciros eso he tardado un párrafo entero pero bueno...es que a veces me voy por las ramas.

Sin más preámbulos, paso a contaros mi fin de semana en Marsella porque así lo prometí en la última entrada. El problema es que ya ha pasado bastante tiempo, así que no me acuerdo de los detalles.
Bueno, como ya sabéis, en Marsella vive actualmente mi amiga Bea, a la que conozco desde hace muuuchos muuuchos años. Es una buena amiga y además me lo paso BOMBA con ella. Eso sí, le encanta tener un círculo de amistades estrafalario (me pregunto si pertenecer a este círculo me convierte a mí también en un ser extravagante a los ojos de terceros). Para que os hagáis una idea, en su casa hay un hombre que vive en un armario y lleva años sin salir de casa.
La primera locura de Bea se produjo nada más bajarme del tren. Cuál fue mi sorpresa al dislumbar a un hombre desconocido que buscaba con sus ojos entre la multitud y llevaba un cartel con la palabra "Mini Carol" impresa, al más puro estilo de las agencias de viajes. Le miro un poco confusa hasta que me doy cuenta de que debe de tratarse de alguien que sigue las directrices de mi loca amiga. Tras unos pocos segundos advierto unos ojos chispeantes que me vigilan escondidos para ver mi reacción. Por supuesto, esa era mi Bea.
Lo mejor es que según me contó, minutos antes de que nos encontraramos, un negro de dos metros se había acercado a este chico (que resultó ser el compañero de piso de Bea) para reclamar la identidad de Mini Carol. Y claro, el amigo de Bea flipando y con una pierna temblando pensando que ese hombre iba a dormir en su casa.
Sin embargo, lo más memorable del fin de semana fue sin duda la fiesta que Bea organizó en su apartamento. Vino muchísima gente, a cada cual más estrafalario, el 98% de los asistentes eran artistas, bohemios o simplemente colgados de la vida. Es muy gracioso estar en una fiesta en la que en lugar de oir el típico "eres muy guapa" o "qué ojos más bonitos" oyes "tú me inspiras para hacer arte" o "me gustaría esculpirte con mis manos" (una manera fina de decir "quiero sobetearte de arriba a abajo"). Para que os déis cuenta de la mentalidad de esta gente, os relato una anécdota: durante la fiesta alguien tiró sin querer un vaso de vino sobre la pared. La compañera de piso de Bea estaba justo al lado y cuando vió la mancha en la pared en vez de exclamar "¡oh Dios mío! ¡Malditooooos!" suelta: "este color es muy bonito...deberíamos utilizarlo para hacer...arte".

Otro suceso divertido durante la fiesta: tenia curiosidad por el nuevo novio de Bea. Quería conocerle un poco, darle el visto bueno, etc. Pensé que no me llevaría más de 5 minutos el que me gustase, puesto que Bea es una chica que sabe elegir bien. Sin embargo, cuál fue mi sorpresa al ver que el tío en cuestión ERA UN CRETINO. Y un subnormal. Y además estaba intentando ligar conmigo!!!!!!!! Encima, no es que tuviese muy buena conversación, así que me pasé como una hora hablando de Bea puesto que parecía que era lo único que íbamos a tener en común. Cuál fue mi sorpesa tras 40 minutos de conversación que veo a Bea morreando a otro hombre ante mis propios ojos y entonces una verdad aplastante se abre ante mis ojos: el notas con el que llevo siglos hablando no es el novio de Bea. Ya me extrañaba a mí que siempre me estuviese preguntando que quién es Bea ¡¡y pensar que yo me lo estaba tomando como una broma extraña suya!!!!!! Y yo fingiéndo reirme de su chiste!!!En fin, no sé qué impresión se llevó este hombre de mí...no puedo estar más en mi mundo.

Pero el momento álgido de la noche ocurrió cuando yo ya daba la fiesta por terminada: tenía sueño, era tarde y quería irme a dormir. Así que abandoné el salón donde estaba transcurriendo la fiesta, para irme a mi habitación. Me puse el pijama, cerré la puerta con llave y me metí en la cama. Mientras estaba entre sueño y realidad oí un ruido de alguien que intentaba forzar la puerta. Pensé "típico borracho que viene a curiosear o parejita que busca su nidito de amor, menos mal que he echado el cerrojo". Así que duermo plácidamente, pero de repente me despierto: noto una presencia en la habitación.
Abro los ojos y veo una sombra que se mueve por el cuarto. "¿Bea? ¿Bea? ¿Eres tú?"
La sombra no responde.
Mis ojos se empiezan a acostumbrar a la oscuridad y de pronto lo veo todo claro ¡¡es un chino!! ¡¡un chino en mi cuarto!! El chino está ahora sentado en el suelo, bebiéndose un copazo mientras me mira fijamente. ¡¡BEAAAAAAA HAY UN CHINO EN MI CUAAAAARTO!!!! Ante mi llamada de socorro, Bea aparece cuál supermán al rescate, abre la puerta de golpe, mira al chino y las dos empezamos a revolcarnos por la cama partiéndonos de la risa mientras el chino nos observa sonriente. Cuando Bea ya se ha reído bastante, se levanta y le echa a patadas del cuarto.
Yo me quedo unos minutos analizando lo que acaba de pasar: un chino ha forzado la puerta y tres personas acaban de presenciar una escena en la que yo, llevando mi pijama de conejitos y setas, grito histéricamente la frase "hay un chino en mi cuarto".

Pero las anécdotas de la fiesta, continúan al día siguiente. Un grupo de chicos se plantan en la puerta disculpándose por haberse colado en la fiesta la noche anterior y preguntándonos si hemos visto a su amigo Simón, que lo han perdido y que sospechan que puede estar en algún rincón de nuestra casa tirado. Se largan y a las media hora aparece un chico de ropa multicolor que sale de una de las habitaciones "¿Eres Simón?", "No", "Aaaah oooook". Parece que a las 12 de la mañana todavía hay gente por la casa que salen de la nada como setas.
Bueno, como véis fue una fiesta de lo más original. Para terminar, os explico la foto de la cabecera de la entrada: esas dos ovejitas tan monas ("moutons" en francés) las cogimos de un portal de belén que había en una iglesia. No pudimos evitarlo, eran demasiado monas y además había muchas, seguro que nadie nota la diferencia, no es como si nos llevamos al niño Jesús (era uno de esos portales en los que el niño Jesús es más grande que María, José y la mula juntos).
Los otros muñequitos que aparecen en la foto son simplemente figurillas que Bea se ha ido encontrando por la calle y que se dedica a coleccionar en su casa.

Un beso a todos, tengo muchas cosas que contaros pero ya lo dejo para otro día.

Can you imagine what I would do if I could do all I can?

1 comentario:

ratonabibliotecaria dijo...

jajaja carol, por favor!!!jaja no me he podido reir más con lo del negro que reclamaba tu identidad jajaja XD

yo también quiero ir a una fiesta de beaaaa!!vete metiéndolo en el tour para cuando vaya a visitarte!!

muaaaa <3

ta soeur préferée XD